Virginidad entre primos



Mi primo y yo, desde muy pequeños, hemos sido muy unidos, y hasta la fecha que ahora tengo 18 y el 21, seguimos siendo exactamente iguales. Teníamos la costumbre de andar en nuestras casa jugando a diversas cosas, y ahora de grandes, nos seguimos viendo para salir a tomar o escuchar música. Yo comenzaba a dudar sobre mi sexualidad en ese entonces, pues a pesar de que todavía me atraían las mujeres, sentía una pequeña curiosidad sobre intentar algo mas con algún chico, y si, ese chico era mi primo, ya que sabia que de suceder algo, quedaría sólo entre ambos y nadie mas se enteraría.

Una noche, después de haber salido a beber unos tragos, invité a mi primo a mi casa a pasar la noche, ya que era muy de madrugada y ambos ya estabámos un tanto pasados de copas. Al llegar, le dije que se quedara en mi habitación, que podía dejarle unas cobijas para que se quedara a dormir en el piso y que ya mañana temprano iría junto con él a su casa. Entre hombres pues, no hay temor, así que le preste ropa cómoda y ambos nos desvestimos para ponernos la ropa de dormir. En ese proceso no pude evitar observarlo, y fue impresionante que a pesar de que su pene estaba flácido, en normalidad, era realmente grante. Me excitaba pensar en el tamaño que lo tendria al estar erecto.

Ambos nos acomodamos para dormir, y por las copas, mi primo se quedó dormido al instante. Fue entonces que me volvió a la mente la imagen de su pene, y la excitación de pensarlo, hizo que mi pene comenzara a ponerse erecto y a tentarme a frotarlo. Era raro la idea de que me quisiera masturbar pensando en mi primo, pero era realmente necesario. Así que lentamente y en silencio, comencé a desvestirme y con mis manos froté mi pene mientras no le quitaba la mirada a mi primo; y poco a poco, cuando lo excitado aumentaba, más rápido me masturbaba, hasta que por accidente, un gemido de placer salió de mi boca, sonido que provocó que mi primo despertara al instante. Fue penoso para mi el que mi primo me viera totalmente desnudo.

- ¿Qué haces? -preguntó
- Lo lamento. Es que... Tu sabes...-balbuceé avergonzado.
- ¡Ah ya, momento intimo viendo porno!

Quise mentir diciendo que si estaba viendo pornografía en mi celular, pero la verdad salio de mi boca.

- La verdad es que no veía pornografía. Te veia a ti -mascullé
- ¿A mi? -preguntó él somnoliento.
- Si. -dije- Es que algo muy extraño me esté pasando. Realmente creo que soy bisexual y, estos últimos días no me he podido quitar de la cabeza la idea de tener intimidad con algún hombre. Lamento esto de verdad, primo.
- No tienes que pedir perdón -dijo él- Respeto tu sexualidad, y pues...

Hizo una pausa mi primo mientras me veía de pies a cabeza.
- ¿Qué pasa? -le pregunté entre susurros.
- ¿Realmente quieres intentar?

La respuesta salió de mi al instante.

- ¡Pero claro que si, carajo!
- ¡Pues, anda, hazme un espacio! -exclamó él.

Yo me hice a un lado mientras mi primo también se quitaba la ropa. 

Se acostó a mi lado y comenzó a tocarme por todo el cuerpo, especialmente mis pezones y mis pompas. Fue entonces que, con algo de valor, me atreví a tocar su pene, y comprobé que realmente estaba duro y firme.

- Es enorme -sentencié.
- Y además con ganas -añadió él- Hace ya tiempo que no tengo relaciones.
- ¿Pues, para que seguir esperando?

Me coloqué en posición de perrito, dejando bien abierto mi ano, cerrado, rosado y virgen. El comenzó a frotar la cabeza de su pene contra mi ano, para que con el líquido preseminal, me lubricara un poco. Y luego mi primo se limitó a hacer un esfuerzo para que su pene entrara, y fue muy dificil y doloroso para mi. Era realmente muy grande y yo nunca había introducido nada en mi trasero. Con mayor esfuerzo, logró entrar la cabeza, provocando en mi un bochorno y un gemido de dolor. Poco a poco consiguió  introducirse más y más, hasta penetrarme del todo. Quedé ciertamente ensartado.

- ¡Ay, esto es realmente doloroso! -exclamé- ¡Pero haz que sea lo mas rico que he sentido en mi vida!
- Nunca creí hacerlo con un hombre, pero tu primo, me haces pensar que quiero seguirlo haciendo contigo. ¿Acaso no seré yo también bisexual o marica?

- ¡Primo no te detengas y dame tu masculinidad! -dije en medio de una exhalación. 

El seguía haciendo movimientos de caderas, metiendo y sacando su pene, y cada vez con más velocidad, y yo noté que mi ano se expandía bien, acomodándose a su virilidad. En ocasiones yo cambiaba de posición, poniendo mis pies sobre sus hombros, o ambos de lado, cargando mi pierna sobre su rodilla, mientras él frenéticamente me masturbaba. Aquello era el delirio. Y ambos lo estábamos gozando.

Así  pasaron los minutos hasta que mi primo ya sentía que iba a terminar.

- ¡No te preocupes, termina dentro de mi! -le grité

Al punto aceleró el ritmo de sus penetraciones hasta que sentí que un líquido ardiente inundaba mis entrañas. Era el semen de mi primo que quedaba dentro de mi. Hubo una banda sonora de gemidos y quejidos, en extraña mezcolanza. Y en medio de ellos mi primo no se pudo contener y agarró su celular para tomarme fotos desnudo y de mi orto, abierto y mojado.

Luego me vine yo y acabé.

- ¡Gracias primo! -exclamé satisfecho - Me haz hecho sentir lo indescriptible.
- Y espero me permitas seguirlo haciendo -añadió él.
- Cada que quieras, primo -le dije yo, muy convencido- Ya te llevaste mi virginidad, así que tienes el derecho de seguirme haciendo tuyo.

Y dormimos, esperando a la mañana.

FIN:
Autor: CarlosM08
Publicado en: XHAMSTER. RELATOS EN ESPAÑOL.
Edición: Watch

Comentarios