Masaje después del fútbol

Como unos masajes para el dolor de pierna de mi padre se transformaron en un acto sexual...

Mi padre tiene 35 años, es un tipo alto de 1.75 metros aproximadamente. Él siempre se ha mantenido en forma, no recuerdo ninguna vez haberlo visto con un poco de panza. Tiene una cara muy masculina resaltada por su mandíbula marcada. Su tono de piel es blanco pero bronceado. La relación que llevo con mi padre siempre ha sido muy sana, desde que era pequeño él siempre ha estado para mí. Aún recuerdo cuando tenía 9 años, él siempre jugaba conmigo a las peleas y cada vez que trataba de escapar, él siempre me cargaba y me ponía sobre su hombro para darme unas nalgadas mientras yo solo reía, parecía gustarle mucho hacer eso. Obviamente, a esa edad yo no le tomaba importancia qué alguien me nalguera, solo pensaba que era un chiste y nada más, pero a medida que fui creciendo empecé a ver a mi padre con otros ojos.

A los 14 años, empezó mi despertar sexual y la verdad casi todos los días andaba caliente y con grandes erecciones, y es así que una mañana regresé de la escuela con una gran calentura y justo mi padre también acababa de llegar de jugar un partido de fútbol con sus amigos. El hecho es que verlo así tan cansado, con gotas de sudor recorriendo su mandíbula y con un gran bulto debajo de unos shorts muy sueltos, hizo que al instante de verlo rascarse sus pelotas tuviera una gran erección, mi padre se dio cuenta que lo estaba mirando fijamente y solo me sonrió. Se acerco y se sentó en el sofá justo al lado de dónde yo estaba. Yo solo atiné a a decirle cómo estaba. No podía creer que mi padre me causará una erección y que estaba siendo dolorosa por lo apretado que tenía mi pantalón. En ese instante mi padre me dice:

– ¿Serías tan amable de traerme una cerveza del refrigerador? ¡Estoy tan cansado!

– Claro papá. No te preocupes. – me levanté lo más rápido posible para que mi papá no se percate de mi erección, me fui a la cocina y rápidamente agarre mi polla y la acomodé de la mejor manera para hacer menos visible la erección. Agarré la cerveza y se la entregué. Él me empezó a narrar que en el partido algún idiota lo pateó en su pierna y estaba muy adolorido, entonces me dijo:

– ¿Hijo, podrías darle un par de masajes a tu padre que está agotado? 

– Seguro papá. ¿En tus piernas?

– Si exacto. ¿No te molesta quitarme las zapatillas?

– No, para nada -le respondí sin poder evitar sonreír. Esa situación me estaba poniendo más caliente, tenía tanta curiosidad de tocar a mi padre y sentirlo, así sea solo sus piernas. Me agache debajo de él y empecé por retirar el primer zapato estaba muy duro, y cuando al final salió, un aroma embriagador de macho hizo que mi polla se endurara más de lo que ya estaba.

– ¡Asu papá que olor!-exclamé soltando una carcajada.

– No seas exagerado hijo, no huele para nada mal…- dijo mi padre.

– Si tú lo dices. – respondí y en ese momento mi padre pone su pie muy cerca sobre mi cara, lo hizo de una manera muy tierna con la intención de hacerme una pequeña broma, pero para mí era una fantasía muy erótica.

– Papá, no me molestes.

– Dale hijo no seas sensible.¿De verdad te molesta esto? .- se empezó a reír.

Él siguió acercando su pie sobre mi cara, en un momento parecía que su pie estaba buscando mi boca, lo tenía demasiado cerca ya y mi instinto me hizo que mordiera su media y se la sacara de un tirón. Yo ya estaba por reventar no podía creer lo que pasaba, yo agachado y mi padre jugando con su pie sobre mí.

– Esto es para que veas que no me molesta ese olor y déjame que te quite la última media. -le dije.

– Vale vale, me sorprendiste. – me dijo aun riendo.

Seguí con mi trabajo ya le había quitado las medias y pude apreciar esas piernas bronceadas, tan fornidas de hacer tanto deporte y con un vello ligero recubriéndolas, mi padre empezó a mover sus dedos del pie y de una manera rápida alza la pierna y la siento caliente y sudosa sobre mi mano.

-Vale, apúrate hijo empieza el masaje, no aguanto el dolor. – respondió, entonces comienzo a sobarle sus talones primero de una manera circular, sigo subiendo y llegó a sus pantorrillas que estaban muy duras y tensas pero a medida que fui masajeándolas se pusieron sueltas.

-¡Ahhhh! – gime mi padre de una manera muy fuerte. No podía verle el rostro, pero parecía estar disfrutándolo mucho.

-¿Está bien como lo hago?- le pregunté lleno de ingenuidad.

-Si, está perfecto no sabía que eras tan bueno dando masajes. – me lo dijo con los ojos cerrados por el placer.

-¡Pues si! -contesto pletórico- Tú dime dónde y yo encantado. Y en ese instante mi padre se bajó su short dejándome ver un gran bulto escondido en su boxer negro. Acto seguido agarra mi mano y se la lleva a su muslo muy cerca de la entrepierna y me dice.

– ¡Ahí hijo, también me duele ahí!

Yo apunto de reventar solo disfruto masajeando esos muslos muy calientes, y en un momento dejo de darle masajes en circulos y empiezo a acariciarle mas suavemente acercando mis dedos más a su boxer. En ese punto la cara de mi padre seguía con los ojos cerrados como si estuviera durmiendo pero su bulto empezó a crecer y mi padre sin ningún pudor se empezó a tocar la polla sobre el boxer. Entonces le dije

–¿Qué haces papá?? – le dije con una sonrisa

– ¡Ah es sólo que me pica la verga, tu sabes… Y me esta incomodando este boxer por este calor. Mejor me lo quito. ¿Te parece?

-Claro, no te preocupes

Se quitó su boxer y por fin aprecié esa verga morena que parecía una serpiente por lo larga que era, unos 11 cm y eso que no estaba tan parada, estaba semi erecta reposando sobre su muslo, tenía pocos vellos y desprendía un olor de sudor pero no olía mal. Lo que más me impresionó fueron esas grandes pelotas que estaban reposando sobre el sofá. Se la quería coger, y masturbarlo, pero no podía sin su permiso. Entonces procedí con mi masaje, cada ves de una forma más lenta y suave. Y como la verga de mi padre reposaba sobre su muslo derecho empezé a acercar mis dedos más cerca a la entrepierna, Le empece a rozar mi mano derecha con son su polla, la adrenalina en mi cuerpo estaba a mil. Mi padre en ese instante abre los ojos y me dice con toda la tranquilidad del mundo: 

-¿Serías tan amable de darle un masaje a la verga de tu padre ?

Yo sin responder nada le agarre su verga caliente y empiezo sentir como está crece de inmediato, era muy grande de unos 18 cm. Lo empiezo a masturbar y veo salir su líquido preseminal de su glande rosado y llega hacia mi mano. Sigo con mi tarea y de repente siento una presión en mi entrepierna, era el pie de mi padre que estaba buscando mi paquete. De una manera muy habilidosa logra meter su pie dentro de mi short y con sus dedos intenta sobar mi polla. Me sentía en la gloria.

Y de una forma inesperada el sé levanta y me dice que me pare y que me baje el short, yo por alguna razón lo hago de inmediato. Él me bajo los boxer, se puso de rodilla y me empezó a mamá la verga, sentír esa lengua tan cálida saborear mi pene, hizo que empezara a gemir de muy fuerte, estaba por correrme a lo que mi padre saca su boca de mi verga y pasa su lengua por mis huevos morenos, también los empieza a chupar y succionar. Entonces me dice:

Hacé lo mismo que te hice -Se vuelve a sentar y le empiezo a mamar su verga. No me la podía meter entera por lo grande que era, y pensé que no le iba a satisfacer, por lo que empecé a tocar sus tetillas que estaban muy duras también. Y en un sólo instante mi padre me llena la boca de su semen. Me alza y me mete su lengua en mi boca desenfrenadamente sin importarle que esté llena de su leche, y mientras que con su mano busca mi polla y me masturba rápidamente. 

En dos minutos termino de salpicarle toda mi leche en su mano.

FIN.
Autor: Val-Val
Publicado en Sexo Sin tabúes 3.0



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