EL HIJO DE UN SOLDADO. TERCERA PARTE.
... Mi padre bañándose... el agua que recorría todo su torso... el jabón enjabonando su entrepierna y sus nalgas, esas imágenes no se iban de mi mente mientras trataba de separar las rodajas de carne congelada que serian nuestra cena. Estaban tan duras que tuve que hacer mucho esfuerzo para meter el cuchillo y separarlas.
-"Cariño", dijo mi padre suavemente mientras apoyaba su mano en mi hombro "Cariño…"
Eh... ¿si?" respondí concentrado en su mirada.
-¿Bueno y… por qué no me contestas?" preguntó.
Traté de responderle pero verlo no me dejaba pensar claramente. ¿Qué me decías?
-¿Qué es lo que pasa contigo últimamente? No se por donde va tu mente a veces hijo. Vuelve a la realidad muchachito que estoy muriendo de hambre". Golpeó mi hombro y me preguntó: ¿El dedo esta mejor?
-Hmmm... Si, es... está bien. Duele un poco pero no es gran cosa, le dije un poco confundido.
Luego acaricia mi pelo y me dice: En cuanto esté la comida me avisas que voy a estar arriba.
Me quedé solo en la cocina preparando la cena a mi querido y muy deseado papa. Cuando estuvo lista preparé la mesa y llamé a mi padre a comer. Una vez terminada la cena cada uno se fue a su habitación. A la mañana siguiente me levanté a desayunar y vi que papé ya se había levantado y estaba listo para ir a correr, como lo hacía todos los domingos.
-Voy a correr un rato, ¿vienes conmigo?
Miré lo bien que quedaba la ropa deportiva en su cuerpo y le respondí: No, recién me levanto, voy a desayunar y después me voy con un par de amigos a jugar al futbol.
-Bueno, nos vemos más tarde entonces. ¿A que hora vuelves?
-No lo sé, no creo que muy tarde.
-Muy bien.
Abrió la puerta y salió.
Llegué a casa después del juego todo transpirado y con mi camiseta, los pantalones cortos y mis piernas salpicadas de barro. La lluvia reciente había mojado la cancha de futbol y todavía no se había secado. Dejé en un rincón las zapatillas todas embarradas, para no marchar la alfombra y me dirigí hacia la sala donde vi que la televisión estaba encendida y que papá se encontraba tendido, completamente dormido, sobre el sofá. Habrá corrido un largo trecho, me dije a mi mismo. Caminé por la sala hasta cerca del sofá donde yacía dormido papa. Su playera blanca estaba tirada en el suelo junto a sus zapatillas. Papá tenía puestos sus pantalones cortos negros de correr y nada más. Todo su pecho sólido y musculoso estaba al desnudo frente a mí. Sus brazos, uno el estómago y otro en la cabeza. Podía ver que su axila era ligeramente más clara que el resto de su piel y había en ella un pequeño montículo de pelo negro.
Me quedé entre el sofá y la mesita de café. La luz del televisor brillaba detrás de mí resaltando el contorno de mis piernas y el brillo de mis pelos rubios. Mi mirada se fijaba sólo en mi padre y en cómo su pierna izquierda que caía del sofá y la derecha en ángulo, se apoyaba contra el respaldo. Sobresalían algunos negros vellos en su barbilla, los mismos que cubrían su pecho y estómago. Mis ojos se posaron en sus piernas y en especial en la parte interna donde el vello crecía denso a medida que se acercaba a su entrepierna. La línea V de su estomago reaparecía por encima de sus pantalones y se marcaba firmemente.
Pensé en cuando yo era más joven y papá me llevaba al gimnasio para ver cómo se ejercitaban los militares. Su cuerpo era prácticamente el mismo y mirarlo hacia que mi pija creciera lentamente. Incliné mi cabeza un poco para ver la abertura de los pantalones y pude ver como se asomaba un poco su calzoncillo blanco. Estiré mi mano y toqué ligeramente la piel de papá, deseando sentir el calor de su cuerpo. Él no reaccionaba ante mis caricias y mis manos siguieron acariciándolo. La trayectoria del pelo rizado me condujo directamente al arsenal de papá: el mismo que había podido ver la otra tarde en el baño.
Mi corazón latió como nunca antes al sentir la humedad de la sudorosa entrepierna… de la húmeda prenda interior. La palma de mi mano se posó suavemente por encima de su tronco, ahí donde un liquido se filtraba por la tela. Cerré los ojos y seguí palpando su sexo, que era grande y duro. No me pude resistir y con cautela metí la mano en ese cálido interior. No pude creer que estaba tocando la polla de papa o mejor dicho, la polla de un militar que era la mi propio padre. Tenía la mano sobre la polla de un hombre por primera vez en mi vida, algo nunca había querido o pensado hasta esa noche en que se masturbó delante de mí.
De repente, corrió la mano que había estado descansando sobre su pecho a su entrepierna y la apoyo sobre mi mano que presionaba su polla tiesa, completamente dura. Mi corazón saltó a mi garganta y mi mano temblaba ligeramente. Miré su rostro pero aún estaba profundamente dormido. Sentí en mi húmeda palma como la polla del soldado se hinchaba de sangre. Esto había ido demasiado lejos. Ya no había espacio para mi mano y su verga en el calzoncillo, así que muy suavemente la fui retirando poco a poco. Estaba ya por escapar del peligro pero sentí que mi piel se había quedado pegada a la carne dura de mi papá. Mi mano se había pegado a su pija y ahora la arrastraba hacia afuera del slip. Oh, mierda, pensé. Pero uno a uno logre separar mis dedos de su tronco. En ese momento papá frotó su mano en todo el frente de sus pantalones cortos y su pija quedo expuesta antes mis ojos. Siguió creciendo y mire como sus venas se hacían más prominentes, llegando a un tamaño que jamás había visto. Llevé mi mano a mi cara e inhalé el aroma que había quedado en ella. Me lamía la palma una y otra vez tratando de encontrar cualquier resto que me permitiera saber que gusto tenía la polla de ese hombre.
Quería tocarla de nuevo. Quería envolver con mis dedos ese tronco rígido y había llegado tan lejos que porque iba a retirarme ahora. Lo miré buscando algún signo de que podría despertarse y al no encontrarlos toqué por completo esa pija otra vez con mis dedos y mi palma caliente.
Crecía aún más mientras se resbalaba hacia arriba y hacia abajo por mi puño cerrado. Después de varias jaladas, unas gotas de precum se asomaron en su glande y no tardé ni un solo segundo en tocarlo con mi pulgar y llevármelo a la boca. Ese gustito salado en mi lengua me puso aun más caliente. Sentí que propia verga iba a reventar. Estaba completamente dura, así tuve que aflojar el cordón de mis pantalones y sacar mi hinchada poronga para comenzar a jalarla enérgicamente. Me imaginé como sería tener la tranca dura mi papa en mi boca, rodeada de mis labios, humedecida por mi lengua y tragada hasta garganta.
Mi padre no se quedo inmóvil, sintió la ausencia de mis manos y reanudo él mismo lo que yo había dejado. Fue fascinante ver como su mano apretaba su grueso tronco, tirando de su carne y manchándose los dedos con los jugos de su punta. Me pare frente a él imitando sus movimientos. Y aunque mi polla no es tan larga como la suya nadie puede negar que somos padre e hijo. Mi pija seguía deslizándose entre mis dedos y en mi mente me vi obligado a imaginar que mi lengua se metía en la boca del soldado mientras sus húmedos labios besaban los míos.
-¡Chúpame la polla, hijo de puta, chúpamela!, me imagine diciendo. Y con cada jalada mi polla se ponía más grande y dura. Sentí como le leche tibia estaba a punto de ser soltada mientras mordía mi labio superior.
Me las tuve que arreglar para desviar la corrida lejos del sofá aunque por dentro moría de ganar por llenar de leche a mi padre. La primera descarga cayo en mis dedos y el resto sobre la alfombra. Trate de no gemir muy fuerte. Miré a mi padre y pensé en que si se despertaba en aquel momento de ninguna manera podría explicarle lo que acababa de hacer. La evidencia era demasiado obvia: mi pene estaba aún erecto y ese cremoso líquido goteaba de mis dedos. Sentí mi cara roja, mi cuerpo caliente y húmedo. Quede inmóvil un momento y rogué que no se despertara. Subí mi pantalón, acomodé mi pija que comenzaba a relajarse y suavemente me fui retirando de la sala, mirando cada tanto hacia atrás a mi padre, que por suerte se mantuvo en un profundo y cálido sueño.
FIN DE LA TERCERA PARTE.
Puedes leer la PRIMERA PARTE AQUÍ.
Puedes leer la SEGUNDA PARTE AQUÍ.
Texto e ilustraciones Josman.
Publicado originalmente en Handjobs Magazine
Traducción anónima, probablemente basada en la que aparace en Baratime&yaoi, y extraída del usuario Feche del foro Xtasis
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